domingo, 21 de junio de 2009

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Al y yo hemos estado extrañamente más tranquilos esta semana, hace tiempo que había olvidado lo que era querer compartir con él una conversación. La nueva chica con la que anda saliendo me envió algunos dvd's para pasar el rato en mi estancia en la ciudad, aún no la conozco en persona pero algo me dice que cuando lo haga me llevaré bien con ella, seguramente mucho mejor que como nos tratábamos Jessy y yo. 

Hace unos días tocaron a la puerta y me dieron un pastel enorme con una carta de una supuesta admiradora secreta, primero pensé que era Daniela pero después me di cuenta de que era una chica que me había conocido un año antes y que ya me había estado citando por correo. Preferí no comentar a Daniela nada hasta ver que pasaba por la mente de la otra chica para no causar escandalos, a penas me di cuenta de que la cosa iba en serio esperé a Daniela en la noche para hablar pero llegó tan enojada con una amiga que tuve que consolarla en sus lagrimas. 

A penas hubo un momento de silencio tuve que decirle la verdad, se tomó la cabeza y se echó a llorar de nuevo. Eso me hace pensar que soy un monstruo, esperé un momento y como sabía que iba a pasar me tomó de las mejillas, me besó en la boca y me dijo que no me preocupara. Durante las siguientes noches esperé para hacer algo especial que la hiciera olvidar el incidente de la otra chica, anoche nos quedamos solos, pensé que podría llevarla a un lugar interesante y pasarla bien pero ella no quiso hacerlo, de hecho, ambos nos sentamos en la orilla de la cama y por primera vez en todos estos años de relación fui yo el que soltó la primera lagrima. Es cierto lo que dicen, que a veces la costumbre sustituye al amor. Algunas veces nos queremos, otras veces no, hacemos lo posible por que las cosas funcionen y eso nos lleva a pensar en el matrimonio, en esas situaciones en donde tienes que sacar las cosas adelante por amor a otra persona. Pero cuando me tomó la mano, no fui yo quien dijo lo de siempre, esta vez ella misma me lo dijo: "un tiempo separados sería lo ideal" y yo dije -de nuevo?- 

Durante toda nuestra relación y con todos los años que llevamos juntos solo ha habido tres verdades: que soy un mujeriego y que no puedo evitarlo, que siempre nos damos seis meses de descanso cada año en los cuales la extraño más que nunca y que al final terminamos como ayer, abrazados el uno del otro esperando refugiarnos en un sueño, ojalá ameno, para escaparnos un poco de esa realidad.

El viernes pensé mientras veía la nada, lo mucho que me dolía perderla, golpeé la pared innumerables veces con tal de olvidar el terrible destino que nos esperaba, y anoche, sábado, me di cuenta de la realidad, se la dije, y coincidimos. No tememos, ninguno de los dos, de perdernos el uno al otro, tenemos miedo del futuro sin el soporte que nos damos. Tenemos miedo de perder esa ilusión de crear una vida perfecta juntos, de llorar el uno junto al otro, de consolarnos, de saber que aunque las cosas estén mal siempre habrá alguien al menos para hablar. Eso es lo que hacen los amigos, pero no las parejas. 

-en el momento en que comencé a comportarme de una manera convaleciente me di cuenta de que no estaba siendo yo, pero dejé que las cosas fueran así porque así era más fácil tratar contigo... y ahora no puedo volver a exigirte nada...- cuando dijo eso conocí en su expresión la mirada que tanto temía, la mirada final, aquella que indica que lo nuestro es solo sexo ocasional y que ya no nos damos nada el uno al otro si no un montón de excusas de porque no nos amamos como antes. 

¿porqué me tocó a mi esta vida? no lo sé, ni tampoco pretendo averiguarlo, no sé ni siquiera si pretendo quedarme con Daniela y seguir esta farsa en la que ambos nos estamos resignando. Porque la realidad es que no habrá boda, no habrá niños ni caminaré jamás por las calles de manhattan tomado de su mano, mirando en los aparadores la ropa que ella tanto ama, tanto como yo amo mi arte y tanto como ambos nos podríamos amar el uno al otro. La realidad, es que estamos lejos, tanto de kilometros como de mundos. Y ha llegado el momento de afrontarlo, aunque quizá yo no logre soportarlo, quizá yo siga viviendo en mi mente, en mi circulo del cual no quiero salir... pero por su bien y por el amor que alguna vez le tuve, como agradecimiento a todos esos años que pasamos juntos, no quiero que ella sufra viéndome caer.

Miles de veces ella me ha dicho que estará conmigo hasta el final, pero yo no quiero que sea así, no quiero seguir usandola como excusa para continuar, robando su libertad justo cuando estos tiempos que tanto esperábamos están llegando. Quien sabe que pase mañana, podría simplemente acabarse el mundo o continuar girando, la diferencia es mínima, lo único que cambia algo es el hecho de que ahora sé lo que necesito: dejarla ir. 

En cuanto a la chica del pastel, le llevé rosas y le pedí que no volviera a hablarme. Quizá le pareció extraño, no dudo que por la forma en la que actué se haya ido desconcertada, tal vez enojada. Tengo mis razones.

lunes, 15 de junio de 2009

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A penas Samuel entró a la casa sonó el teléfono para avisarme que mi auto venía en camino para llevarme a la hacienda. Lo invité pero no quiso ir...

Cuando llegué era la hora de la comida pero no había nadie, el salón comedor tenía los platos y las copas puestas y yo me sentía como en una de esas películas de horror en donde el protagonista muere solo en un lugar en dónde nadie escucha sus gritos. De pronto escuché un auto estacionarse, me di la vuelta y mi tío, el más joven, iba entrando me saludó con la mano. 

Lo encontré tenso, él siempre ha sido el más alegre pero esta vez no lo noté con ganas de bromear. Media hora más tarde el comedor estaba lleno pero como siempre las conversaciones no me llamaron la atención. Comenzaron las mismas preguntas de siempre: ¿cómo va la carrera?¿aún andas con esta chica...? ¿cómo se llamaba?...¿y a qué te piensas dedicar cuando te gradúes?...

Suspiré contestando nerviosamente a todas sus preguntas, nunca me siento tan incómodo como cuando me preguntan para es exactamente mi carrera, me hace pensar que mi familia está llena de ignorantes o bien, de personas no tolerantes o cuadradas.

Poco después se levantaron de la mesa la mitad de los presentes y se fueron a hablar a otra habitación, me pareció imprudente seguirlos así que bebí la ultima copa de vino en compañía de mi tía y me fui al auto. Llegué a la casa con dolor de cabeza y aburrido, me eché al sillón.

El sábado tampoco fue divertido, cómo Samuel se fue al pueblo para ver mis tíos decidí no ir a una fiesta que estaba planeada para esa noche, en su lugar, decidí darle a mi novia la noche entera y la cité en un café de la ciudad. Esperé por casi media hora y cuando llegó se sentó a escribir un reporte que era urgente entregar. La esperé, pero cuando por fin estuvimos listos para hablar, sonó el teléfono y tuve que atender de manera urgente.  Duré tres horas intentando resolver un problema simple que al final terminó sin solución y luego, cuando vi sus ojos, ella ya no quería hablar de lo que sea por lo que la haya citado. Nos fuimos a su casa, estuvimos ahí toda la noche y volví a mi casa por la mañana del domingo, en donde por cierto, tampoco hice gran cosa. 

lunes, 8 de junio de 2009

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Al terminó con Jessy de forma definitiva y extrañamente jamás lo había visto tan feliz. No cabe duda que somos hermanos (por desgracia) porque aún pasa por ella y la lleva a cenar aún cuando han decidido no tener una relación. 

Pero tanta felicidad en el emo-neurótico de mi hermano no podía deberse a la nada, me contó que había conocido a alguien, a una mujer que aunque todos me cuenten que es hermosa yo no le encuentro la belleza por ningún lado. No sé si mirar su rostro o su nariz, pero sin duda su belleza es exótica, es delgada de cabello largo, algo hippie pero sensual. No la ha traído a la casa para presentarla a la familia y no tengo idea de si lo haga, pero mientras lo haga sonreír es bienvenida para que nos lo quite de encima por lo menos cinco minutos. 

Resultó que además, su fealdad se compensa con una increíble inteligencia que, extrañamente, parece complementar a mi hermano por completo. Es artista, de hecho tomó algunas de las obras que le dí a Al por su cumpleaños para "mejorarlas" no es que la idea de que lo haga me parezca buena, pero no quiero discutir y después de todo esos cuadros ahora son de Al. 

Por lo menos Daniela me ha mantenido más tranquilo en los último días. Llevo una semana intensa de recuperación y espero que sean pocos los días que faltan para que toda esta pesadilla termine. Decidí además ir al taller de escultura para poder usar todo el espacio que quiera y explayarme.