lunes, 28 de diciembre de 2009

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Recibí una carta de la universidad en donde se me confirma que estaré encerrado en el taller durante más tiempo del que planeé porque el siguiente curso será intensivo. Mi director no ha dejado de mandarme mensajes, tanto, que Daniela me hizo prometer que no trabajaría durante la época de navidad.

No sé como pagar las atenciones que durante estos días ella ha tenido conmigo. Después de tanto tiempo de no vernos, es como si no hubiera pasado nada. A penas se enteró de que me sentía mal ya estaba conmigo molestando para que me tomara el medicamento. Se quedaba dormida a mi lado de lo desvelada que estaba por cuidarme toda la noche...quizá ya no somos nada, quizá nuestro noviazgo -si es que así puede llamarse lo que alguna vez tuvimos- duró mucho tiempo, y ahora no sé como verla, no sé como sentirme, no sé como se siente ella.

Una noche después de la cena de navidad Al y yo nos peleamos fuertemente a las tres de la mañana. Nadie se dio cuenta, solo Esteban, que estaba con nosotros y que nos pedía que dejáramos de gritar porque ibamos a despertar todos.

Al final terminé, como siempre, doblegandome a la voluntad de Al y dejandolo hacer lo que le diera la gana. Daniela estaba enojada, cada día que pasa me doy más cuenta de la cantidad de gente que ya no soporta a mi hermano... aumenta el número.

Dormí en la sala, entre todas esas esculturas de mi tío y por la mañana, cuando desperté, Esteban estaba en la cocina y me miró con esa mirada que ya conozco, que si tuviera en los ojos me hubiera acribillado. No le dije nada, ni él tampoco a mí, la familia desayunaba con tranquilidad y al final, ambos terminamos tranquilos. Al final de cuentas Esteban y yo nos entendemos de una manera o de otra, pero a penas se levantó Al se puso neurótico, le gritó a todos pero me quedé en silencio ¿para que contestarle? mi tío me pidió me fuera al cuarto principal.

Siempre he visto ese cuarto como una especie de embajada, ahí nos metíamos cuando eramos niños y como es el cuarto principal merece respeto. Así que mi hermano se quedó afuera gritando mientras yo estaba dentro suspirando y esperando a que le pasara el ataque de neurosis que suele darle. Duró horas, pero luego mi madre habló conmigo y me dijo que me tranquilizara. Tal vez mi madre ya comienza a darse cuenta que quizá yo ya no vuelva nunca si las cosas siguen de este modo.

En la noche Daniela y yo fuimos a casa de Alejandro. No hubiera ido si no fuera porque Eli estaba ahí... y mi amiga Elí y yo solo nos vemos un par de veces al año. Eli es tan importante para mi como una hermana, pero comienza a volverse insoportable, durante un buen rato en la conversación me dejó hablando solo. En tiempos anteriores, como siempre ha sido rara, yo hubiera seguido hablandole para molestarla y me hubiera contestado solo, bromeando, pero esta vez, me límite a voltear a ver a Antonieta y la amiga de Alejandro para continuar hablando de otras cosas. De pronto escuché...

Eli: Diego, pero ¿Yo nunca fui amiga de Gina, verdad?

En ese momento me volteé hacia ella. Alejandro tosiendo se volvió hacia Antonieta para intentar no meterse en esa conversación.

Eli: es que no lo recuerdo, según entendido nunca fuimos tan amigas.
Diego: ... no tengo idea Eli...
Eli: ¿que ha sido de su vida?
Diego: ... no he sabido de ella desde que nos graduamos...


Eli sonrió y luego comenzaron a hablar de otra cosa y ella y yo nos quedamos viendo hasta que pidió a Alejandro que le llenara de nuevo la copa de vino.






martes, 15 de diciembre de 2009

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Estba practicando cuando Samuel llegó, me dijo que era el colmo que trabajara en vacaciones y me invitó a la plaza para tomar algo. Resultó que era venta nocturna y el lugar estaba tan lleno de gente que era imposible caminar por los pasillos. Lo bueno era que había una buena oferta en las películas y compramos casi la mitad de la tienda para al menos hacer algo durante nuestra estancia en el pueblo.

A veces me pregunto que piensa Samuel, siempre ha sido como mi hermano y lo conozco a la perfección, pero me preocupa que es lo que realmente piensa de la vida, si irá por buen camino, si sentirá lo que realmente dice o si teme decir las cosas.

Íbamos por fin saliendo cuando de pronto se topó con una chica que yo no conocía, me pareció algo guapa pero nada del otro mundo. A mí no me saludó y como Samuel no la presentó le saludé como si nos conocieramos y a penas se fue me volví hacia mi primo

Diego: ¿quién era?
Samuel: ¿Tania?
Diego: ¡¿era Tania?!

Tania y yo nos odiamos durante toda la preparatoria y toda la secundaria. Es una persona hostil, fácil y arpía...(por decir solo algunas de sus tantas "cualidades") sin mencionar que es mi prima lejana y durante toda mi vida he tenido que guardar un tabú incontenible al respecto de lo que conozco de su persona.

Diego: no la reconocí

Y no la reconocí porque la razón de su terrible mal humor era su belleza. Durante toda su estancia en la escuela ella siempre fue la rebelde, la loca, la que se acostaba con la mitad de mis amigos y los trataba como basura y sobretodo la diva deseada, la bonita... pero ahora es solo una más.

Samuel: se dejó caer bastante ¿no lo crees?

Creo que la vida da muchas vueltas. Anoche, Antonieta me envió un mensaje para decirme que quería verme antes de que me fuera de nuevo pero que solo podría hacerlo durante esa noche. Imploré a Daniela su presencia para no dejarme solo con Alejandro pero ella no accedió, y no la culpo, por suerte, Mary iba. Fuimos varios amigos a un bar y estuvimos tomando algunas copas. Durante unas horas escuchaba a mis amigos hablar de sus promesas al futuro y de los "terribles" vicios que adquirieron durante la universidad.

Diego: ni siquiera yo consumo esas cosas...

Uno de los gemelos me miró de reojo y luego la mesa se quedó callada. Creo que no consumir nada o no ser bisexual está siendo anticuado, pero creo que me gusta serlo porque no pretendo hacer ninguna de las dos cosas. A pesar de ello, mis amigos creen saber a lo que se enfrentan, creen saber todo el mundo y hablan de las "nuevas experiencias" como si eso les sirviera de algo. Como se nota que no han llegado al sufrimiento de eso que ellos llaman "vivir la vida".

La vida no tiene nada seguro, no puedes aferrarte a nada ni confiar en que la gente estará ahí para apoyarte , no cabe duda, no existe nada en este mundo que sea duradero. Tampoco es seguro que el día que agonices aquellos que te prometen estar contigo estén ahí, de hecho, será difícil que lo estén.

Creo firmemente en que lo único en que queda por hacer es luchar por conseguir una vida mejor y tratar de cambiar al mundo a un aspecto positivo, tratar de darle algo nuevo y aguantar, aunque sea horrible, todas aquellas cosas que hace la gente ignorante. A veces nos gustaría, por un solo instante, que la gente pensara, que comprendiera las ideas de los otros, que se comunicara y sobretodo que se pusiera de acuerdo en una sola creencia, dejando las hipocresías y abriendo camino a una eficaz y más rápida evolución, pero lo único que obtenemos es un paradigma, inquebrantable, de una sociedad cada vez más y más disfuncional.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

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Conocí a los padres de Pete justo un día antes de regresar a mi casa, es idéntico a sus padres, no cabe duda. Quedamos que Alessandro y él se mudarían juntos y que a penas en enero comenzaríamos una vida más tranquila. La madre de Pete me pidió especialmente que cuidara que su hijo comiera bien, le dije que lo haría solo si él me recordaba tomar la medicina.

Por fin llegué de nuevo con mis padres. Sin duda extrañaba comer bien y poder ver televisión en compañía de Samuel y Mary. Lo único que extraño es poder estar cinco minutos -al menos-sin escuchar mi nombre. Mi madre está perdida junto con mi hermano acomodando las cosas de la oficina, ahora Al se ha ido de viaje y ha dejado a mi madre encargada de todo, como siempre. Solo la veo correr de un lado al otro atendiendo problemas y llamando a los proveedores, quienes nunca llegan a tiempo. El plan de mi madre era que cuando llegara yo le ayudara a hacer todo, pero creo que ha caído en cuenta de que eso jamás sucederá. Nunca, y reitero, nunca, estaré en la oficina de Al atendiendo llamadas ni intentando traer clientes. Aún sabiendo eso, mi madre insistió en que al menos le ayudará a decorarla de navidad, así que durante las últimas seis horas, de las pocas que llevo en mi casa, la he pasado recortando pequeños copos blancos para colgar en la ventana.

Por otro lado, mi madre no es la única que confunde la época de mis vacaciones con mi esclavitud. Mi director me ha escrito al rededor de cuarenta correos en tan solo dos días, creo que a penas abordé el avión el ya estaba enviando algo desde su celular. Tengo en mi lista de actividades más de setenta tareas que hacer durante mi corto y preciado invierno de supuestas "vacaciones".

¿que sigue?